Fuimos a pasar una buena noche. Teníamos ganas pegar cuatro
botes y desquitarnos del día a día. Lo que no esperábamos era que la noche se
convirtiera en una jodida locura de buen rollo y risas, y que acabaríamos
conociendo a gente tan de PM. Había talento en el escenario. Había ganas de
transmitir y comunicar. No faltaron fallos técnicos ni retrasos, pero lo
importante de esta noche fue la gente que estuvimos allí.
El pasado sábado 24 de septiembre nos encaminamos hacia
Novelda (Alicante) para visitar el CSA “Los Baños”, donde la noche prometía
punk rock del bueno de la mano de tres bandas. Conocíamos a Etxale Apio de
otros conciertos, pero no teníamos ni idea de lo que nos íbamos a encontrar.
Como es costumbre ya en casi todos los directos, todo empezó
tarde, bastante tarde. Pero mereció la pena quedarse a esperar. Los amigos de
la asociación nos trataron como si fuéramos colegas de toda la vida y eso nos
hizo sentir muy a gusto desde el primer momento. No voy a negar que me hubiera
gustado ver al primer grupo que tocó, pero me fue imposible prestarles
atención, ya que aún estábamos un poco desubicados, pues era la primera vez que
estábamos allí. A esta banda, Disonaurios, les pido disculpas por no poder decir gran cosa de
ellos, aunque prometo ir a otro de sus directos para poder valorarlos.
A quienes sí escuché, vi y bailé fue a los chicos de Sistema
Kadáver. Esta banda de la zona de Caravaca (Murcia) nos dejó boquiabiertos. Su
apetito de escenario y su estilo atrevido nos hizo disfrutar de sus temas, pese
a que el sonido del local no les hacía justicia. Tenían las tablas calientes
pero la peña quería más. Nos llamaron la atención sus temas propios, mucho más
que las versiones que dejaron caer. Letras de corte social, acompañadas de riff
cañeros y de los ritmos contundentes de
su batería, quien fue claramente el más destacable, no tanto por su buen hacer,
que fue tremendo, sino más bien porque fue al que mejor se le escuchaba.
Dejando a un lado los problemas técnicos, esta banda claramente se comió al
público. Sistema Kadáver se movían como pez en el agua, hacían disfrutar y
disfrutaban con cada tema. Rápidos, machacando falsos ideales y estereotipos,
dando brea al sistema actual tan corrupto. Y no sólo es destacable su directo, ya
que bajo las tablas, son un grupo memorable. Gente de un buen rollo contagioso,
que además apoyaron a los compañeros que tocaron con ellos esa noche y nos
atendieron como sólo lo hace un buen amigo.
Las voces de esta banda mostraban sus influencias, sin
dejarse teñir en las versiones, pero de nuevo prefiero destacar sus temas
propios, ya que nos gustaron mucho más. Entraron arrollando con su “Carne de cerdo” y ahí ya empezamos a
botar. Después, tocaron “Ni su puta
madre” otro temazo que nos flipó, y a continuación hicieron una versión del
tema “a.c.a.b” de Non Servium. Metieron
tralla de la buena con “Elefantes y
burritos” , pero lo petaron con su tema propio “Antidisturbios”.
Todo el mundo allí conocía y coreaba su versión de
“Esclavos del siglo 21” del grupo
Gatillazo, pero nos dejaron boquiabiertos cuando tocaron su tema “La sangre de cristo”, para
inmediatamente romper con el siguiente tema “Joder que bien” y ahí ya dejarnos locos perdidos. Decidieron seguir con otra
versión, la archiconocida “Carne pa la
picadura” de La Polla Records, que no estuvo mal, pero fue “Mal día” la que
puso el colofón. Y para acabar, nos
dejaron con un himno para todos los presentes, como lo es el famoso “Ellos dicen mierda”, también de La
Polla Récords.
Exhaustos y necesitados de coger aire, salimos a la calle
una vez llegó el descanso. Las felicitaciones y gestos de admiración hacia esta
banda no tardaron en darse, pues todos los presentes que tuvimos el placer de
vivir ese rato queríamos devolverles todo el buen ambiente que nos
transmitieron.
Ya entrados en calor con las dos primeras bandas, los chicos
de Etxale Apio no nos dejaron indiferentes tampoco. Nada más subir al
escenario, su garra y contundencia eran patentes. Quizás llevan muchas tablas y
por eso ya desde el primer tema, “Genocidas”,
pusieron toda la carne en el asador. Entraron a saco en nuestros oídos con
temas como “Banda criminal”, “Infierno” y el trallazo de “Odio”. Un guiño a Cicatriz versionando
su “Botes de humo” y en seguida a
botar incansables con otro de sus temas propios “Soziedad suicida”. Nos gustó también el siguiente tema “Cerdos y bastardos” que dio paso a “Rechazado” e “Hipocresía del estado”, todos reivindicativos y de plena
actualidad.
En mitad de su actuación, cuando estaban dándolo todo, de
repente se fue la luz, debido a una sobrecarga, lo que hizo que todos nos
quedáramos con un niño al que le han quitado su caramelo. Decididos a
solucionarlo rápidamente, los chicos de la asociación iban corriendo buscando
cómo retomar donde nos habíamos quedado. En esto, los integrantes de Sistema
Kadáver no se quedaron quietos. Junto al escenario, comenzaron a cantar a viva
voz y a bailar, haciendo que ese momento no quedara en blanco. Fue digno de
recordar, ya que era imposible no partirte la caja del ambientazo que se
respiraba.
Una vez solventado este percance, Etxale Apio prosiguieron
sin más dilación. Otra buena versión, el tema “Estamos akí” de Suspenders y ya fue un no parar de bailar y sudar
con sus temas propios “Una condena”,
“Seguimos en pie”, “España” y “Rude Boy”. Ritmos hiperbailables alternando ska, punk y todo lo que
se les antojó. Y con el de “Carrero
Blanco” bailó hasta el apuntador. Sabían lo que se hacían y tocaron “Carne pa la picadora”. Aunque la banda
anterior había tocado la misma versión, ellos le dieron al público lo que quería.
Con dos micrófonos y las voces tanto del cantante de Etxale Apio como de todos
los miembros de Sistema Kadáver, la versión se hizo muy peculiar y pudimos
echar unas risas y corear como cosacos. El cantante prosiguió la actuación con los dos micros en la mano y, tras versionar a Cicatriz con su “Aprieta el gatillo”, cerraron la noche
con su tema propio “Muerte en vida”,
que fue un gran colofón para una noche que me pareció digna de plasmar, pues no
todos los días vives un directo tan a gusto como ese.
De hecho, en ningún caso pretendí hacer crónica alguna, pues
como ya he dicho, tan sólo fuimos a pasar un rato a gusto. Pero, sin cámara
fotográfica, tan sólo con el móvil, y con un montón de gente queriendo bailar y
que bailes, fue una tarea ardua poder recoger en imágenes esta noche tan alegre
y, aún así, finalmente decidí recuperarla con estas letras.
No puedo acabar sin mencionar que fue un placer no quedarnos
en casa esa noche, tal y como la mayoría viene haciendo. Se pide apoyo a las
bandas menos conocidas y no es sólo un cliché. Es lógico que si hay poca pasta
para conciertos, la gente vaya a aquellos en que actúen bandas que conocen,
pero quiero alzar una lanza por esas bandas que te sorprenden, que viven y
disfrutan de su aportación y de su música, empapando de ello a quienes los
escuchan. Aprovecha los bolos de entrada libre si no tienes pasta, contribuye
con aquellos que aportan su talento para que un sábado noche se convierta en un
chute de “buenrollismo”, porque si te quedas en casa, esperando que te traigan
la fiesta, te estarás privando de momentos que merece la pena vivir.
La música emerge allá donde haya oídos agradecidos de
escucharla. No dejes que te lo cuenten.